Polinización (Articulo del Sr. José Luis Pantoja)

Importancia del muestreo y análisis de suelo para optimizar la fertilización: Un enfoque en la acidez del suelo y el cultivo de palma

Con la llegada de las lluvias y el aumento de la temperatura luego de meses veraniegos con clima frío, aumentan las necesidades nutricionales de los cultivos como la palma (Elaeis guineensis). Por el desgaste del suelo y por los niveles de producción que los agricultores esperan obtener, la fertilización es una práctica común en los sistemas palmicultores. Por lo tanto, con el cambio de clima también suele incrementarse la aplicación de fertilizantes.

Los fertilizantes aportan los nutrientes esenciales que el cultivo necesita para alcanzar las productividades deseadas; sin embargo, su aplicación representa uno de los mayores costos de los sistemas agrícolas, al punto que puede llegar a afectar la sostenibilidad de estos sistemas. La cantidad y tipo de fertilizante a aplicar depende de las condiciones agroclimáticas, y en especial de los requerimientos del cultivo y del estado nutricional del suelo. Sin embargo, son pocos los agricultores que definen de forma técnica la cantidad y el tipo de fertilizante que deben aplicar; es decir, con base en las necesidades del cultivo y las condiciones nutricionales de los componentes del sistema (suelo, agua y fertilizantes). Por esta razón, se necesita buscar alternativas tecnológicas y de manejo para optimizar la fertilización.

La herramienta más importante para optimizar el uso de fertilizantes es el análisis de suelo, que es un elemento de diagnóstico que permite conocer su posible aportación de nutrientes al cultivo. Contar con un buen análisis ayuda a definir de forma óptima la cantidad y tipo de fertilizante que se debe aplicar. De no hacerlo así, el agricultor se arriesga a sobre fertilizar el sistema (y con ello a incrementar los costos de producción) o a aplicar cantidades deficientes (y con ello a tener menor productividad).

Recolectar muestras de suelo requiere de conocimiento técnico, porque para hacer el muestreo se debe considerar factores como: área de muestreo o tamaño del lote, cantidad de submuestras (15 a 20 es lo ideal), profundidad de muestreo (en palma se recomiendan 15 cm de profundidad), topografía y variabilidad espacial del suelo, programa de fertilización anterior, y plan de manejo del suelo y el cultivo. Una vez recolecta das las muestras, estas deben envasarse y almacenarse de forma apropiada desde el campo hasta su arribo al laboratorio (en lo posible en ambiente fresco, seco y sin luz).

Además, es importante que el agricultor verifique la confiabilidad del laboratorio al que envía las muestras para el análisis, para lo cual puede solicitar las acreditaciones y certificaciones correspondientes. Por un tema de rentabilidad el agricultor suele buscar laboratorios de bajo costo; pero en este caso lo más barato no necesariamente es lo más con fiable.

Si el agricultor no conoce sobre estas temáticas, debe buscar asesoría e informarse sobre los procedimientos técnicos que conllevan hacer un buen muestreo y la ejecución de los análisis en un laboratorio. El agricultor invierte en los análisis con base en objetivos económicos y productivos; por lo que obtener resultados confiables permite mejorar la productividad y la economía del sistema, y ayuda a optimizar el uso de fertilizantes. Esto último también es importante porque las regulaciones medio ambientales son cada vez más exigen tes, y necesitamos conservar la calidad y salud del suelo, del agua y del medio ambiente en general.

Acidez del suelo

Uno de los factores más importantes que se debe revisar en los análisis –o quizá el más importante– es la acidez del suelo, propiedad química que afecta la disponibilidad de nutrientes y la salud vegetal, en especial a nivel radicular. Por ello, conocer como evaluarla para reducirla de forma eficiente puede ser clave en la rentabilidad de un sistema agrícola como la palma. La acidez se refiere a la condición del pH ácido del suelo que genera mermas productivas. En condiciones de alta acidez, predominan elementos como H, Al, Fe y Mn, los cuales en exceso producen desbalances nutricionales en el cultivo porque la planta los absorbe en altas cantidades en detrimento de otros nutrientes esenciales.

El exceso de Al por sí solo produce necrosis y reduce el desarrollo radicular. Sin embargo, en condiciones ácidas la alta disponibilidad del Al y el Fe resultan en fijación del elemento P (por formación de fosfatos), nutriente cuya disponibilidad es muy limitada en Ecuador por las condiciones de acidez. Las causas principales que generan acidez del suelo son:

  • Lixiviado de bases (K, Ca, Mg y Na) en zo nas de alta pluviometría o por el exceso de riego.
  • La descomposición de la materia orgánica que libera H al sistema suelo-planta.
  • El uso excesivo de fertilizantes que producen una reacción ácida en el suelo (liberan H) como urea, nitrato de amonio y sulfato de amonio (el más acidificante en el mercado de Ecuador, pero que muchos agricultores prefieren por ser más barato).

Medición del pH

Una correcta medición del pH permite tomar acciones acertadas en el manejo del suelo, para lo cual se debe entender que hay dos tipos de acidez: libre (la que está en la solución del suelo) e intercambiable (la que está unida a los puntos de intercambio –capacidad de intercambio catiónico, CIC– de las arcillas y la materia orgánica). Para la evaluación del pH, la mayoría de los laboratorios utilizan la medición suelo: agua en relación 1:2 (se diluye el suelo en agua destilada, se mezcla y se hace la medición). Este método tiene como desventaja que solo mide la acidez en solución; sin tomar en cuenta la acidez intercambiable. En sistemas agrícola, la aplicación de fertilizantes que aportan cationes (K, Ca, Mg, Na, NH4) hace que el H retenido en la CIC se libere, por lo que esa acidez tiene un impacto significativo en la química del suelo. De hecho, en suelos arcillosos la forma intercambiable representa una mayor proporción de acidez que la forma libre. Por lo anterior, la medición de pH con soluciones que contengan KCl o CaCl2 permiten estimar la acidez libre + la acidez intercambiable, porque los cationes K y Ca desplazan al H que está retenido en la CIC.

Corrección de la acidez del suelo

La acidez del suelo se corrige aplicando enmiendas de naturaleza alcalina, que en el caso de la palma se aplica en la corona de la planta. Pero para determinar la dosis y tipo de enmienda se debe partir de un buen análisis de suelo. Sin embargo, por su precio bajo y porque es una enmienda efectiva en reducir la acidez, la más utilizada es el carbonato de Ca (cal agrícola). Diversas investigaciones han desarrollado modelos mate máticos para estimar el requerimiento de cal agrícola de un suelo; pero esos modelos solo funcionan bajo condiciones específicas. Además, la mayoría de esos modelos incluyen la CIC en su formulación, pero la CIC no es constante y cambia (aumenta) al subir el pH. Por ello, una forma práctica para determinar la necesidad de cal agrícola consiste en utilizar el nivel de pH que se desea incrementar y la textura del suelo (Ta bla 1); donde mientras más arcilla y materia orgánica tiene el suelo, mayo res son los requerimientos de enmienda (porque la alta CIC produce una alta capacidad buffer).

Composición de las enmiendas

Para garantizar una buena efectividad del producto aplicado, es importante que, con análisis de laboratorio, se va lore la pureza del material encalante, lo cual se realiza mediante la verificación de la composición elemental del material. Por ejemplo, un carbonato de Ca de buena calidad tiene entre 35-40% de Ca elemental o 49-56% si se declara en su forma oxidada (CaO) (Tabla 2). Sin embargo, buena proporción de los materiales que se comercializan en nuestros países no cumplen con esto, por lo que el agricultor termina aplicando minera les blanquecinos al suelo, pero sin reacción química que reduzca la acidez.

¿Las enmiendas granuladas funcionan como fertilizantes?

La respuesta es simple: ¡No! Ante un escenario de fertilizantes costosos el sector agrícola se ha visto empujado a adquirir materiales más económicos, los cuales por lo general son enmiendas granuladas. Es importante que los productores y administradores de fincas entiendan que cuando se granula una enmienda, no solo se reduce su efectividad química de ésta al aplicarla al suelo, sino que el aporte nutricional es bastan te bajo. Por eso, no debemos olvidar que en el mediano y largo plazo ¡Lo barato sale caro!

 

José L. Pantoja, Ph.D.

Especialista en Manejo de Suelos y Nutrición Vegetal

Es Ingeniero Agrónomo Zamorano (promoción 2005), con estudios de M.Sc. y Ph.D. en fertilidad de suelos y nutrición vegetal en Universidades Americanas, enfocando sus investigaciones a trabajos de campo y laboratorio. En Ecuador formó parte del Proyecto PROMETEO de la SENESCYT entre el 2013 y 2015. Desde el 2016 brinda asistencia técnica a empresas privadas e instituciones públi cas a través de las empresas ANALYTIC S.A.S y AGNLATAM S.A. Además, es docente en varios programas de maestría y ejecuta varios proyectos de investigación en temas agrícolas. Sus áreas de interés incluyen agricultura y ciencias ambientales, con énfasis en manejo y conservación del suelo, dinámica y manejo de nutrientes, nutrición y producción de cultivos, agricultura de precisión y uso de fertilizantes.