Desde 1980, La Palma Aceitera se convirtió en uno de los principales cultivos en el norte de la Amazonía ecuatoriana. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y censos (INCE,2021), en esta zona actualmente existen 35.902,89 hectáreas de cultivo de las cuales 24.857 están en producción. Así, se cosechan 427.681 toneladas de fruta fresca. En esta cadena participan más de 1000 productores de orellana y Sucumbíos. El cultivo de palma aceitera en la Amazonia es la segunda actividad agrícola de mayor extensión en la región. Debido a esto, el Gobierno nacional, con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pusieron en marcha “ProAmazonía”, un programa que implementa el plan de acción REDD+ y que, entre sus ejes de acción, busca la transformación agrícola hacia sistemas productivos sostenibles para prevenir las causas y factores vincula dos con la deforestación. Ello se realiza mediante asistencia técnica, innovación e introducción de las mejores prácticas ambientales asociadas a las cadenas de palma aceitera, café, cacao y ganadería.
Desde 2018, PROAmazonía ha impulsado un plan de acción regional de la cadena de palma con el fin de alcanzar la producción sostenible y libre de deforestación. Sus acciones se han enfocado en la protección de los remanentes de bosques y fuentes de agua; la promoción de conocimientos y tecnologías que faciliten la tecnificación de la producción, y el control de plagas. También se ha brindado apoyo al Comité Interinstitucional de Seguimiento de Palma Sostenible (CISPS), para alcanzar una producción de palma de aceite sostenible y eficiente a nivel nacional. Al finalizar la intervención del programa se espera alcanzar la certificación de la Mesa Redonda de aceite de palma sostenible (RSPO) con un grupo de pequeños productores y que al menos el 30% de la región amazónica sea reconocida como sostenible y libre de deforestación. Así mismo, PROAmazonía ha trabajado en la transversalización del enfoque de género en todas sus acciones, partiendo del principio transformador de las condiciones que generan la desigualdad entre hombres y mujeres. Del mismo modo, ha promovido la resiliencia frente al cambio climático, con respeto a los derechos colectivos, cosmovisiones y formas de vida en la Amazonía ecuatoriana gracias a la implementación de su Plan de Acción de Género, herramienta que se articula a los componentes operativos transversales1 del Plan de Acción REDD+ del Ecuador.
¿Qué sabemos de las mujeres en el sector de palma aceitera de la Amazonía ecuatoriana?
Desde el inicio de la producción de palma, la mujer ha estado presente dentro de esta cadena productiva, sin embargo, su rol no ha sido visible. La evidencia sobre la participación de las mujeres en palma en el país es escasa. Debido a esto, en 2021 PROAmazonía realizó el levantamiento de la Cadena de Valor Sensible al Género de Palma. Gracias a este estudio de carácter cuantitativo y cualitativo que contó con la participación de 20 mujeres productoras de palma en la provincia de Orellana, se identificó datos sobre acceso a educación, participación en la toma de decisiones, acceso a líneas de crédito y finanzas, entre otros. La metodología fue participativa y se organizaron dos grupos focales de palmicultoras (en total participaron 20 mujeres, cada grupo tenía 10). Jhoanna Martínez, asistente técnica para la incorporación del enfoque de género de PROAmazonía comentó que “El levantamiento de la Cadena de Valor sensible al género es el punto de partida. Es una metodología que permite visibilizar la presencia y participación de las mujeres a lo largo de la cadena por lo que motiva la valorización de su aporte; además, permite reconocer cuáles son las barreras y brechas de género que las productoras enfrentan para ser integradas de manera efectiva.
De 20 productoras, solo dos (10%) realizaron estudios universitarios y ocho (40%) terminaron la secundaria. Las brechas en educación, además, revelan diferencias en el acceso entre quienes viven en las áreas urbanas y en las áreas rurales. En sí, la educación de la Amazonía ecuatoriana se ve amenazada por la distancia entre territorios, baja conectividad y escasos recursos.
En relación con la división sexual del trabajo (actividades específicas que ejecutan hombres y mujeres) se definió que la fuerza física es requerida para realizar ciertas actividades. Todas las productoras demostraron tener pleno conocimiento sobre los eslabones de la cadena y como tal, completa capacidad para administrar los cultivos. A pesar de esto, se identificó que la fase de negociación y comercialización está a cargo de los hombres. En el grupo focal de la investigación realizado en Joya de los Sachas, una de las participantes indicó: “Considero que existe esta brecha por la responsabilidad, los hombres tienen más facilidad de salir, las mujeres tenemos que cuidar a los hijos, dar comida a los trabajadores y preferimos estar en casa”. Este hecho proviene de los roles de género construidos socialmente, factores que han creado una barrera para la participación de las mujeres en espacios públicos limitando la expresión de sus opiniones y necesidades. Adicionalmente, en el estudio se afirmó que el 100% de las mujeres de la muestra están a cargo de las actividades de cuidado y limpieza en el hogar, lo cual evidencia la doble carga de trabajo en dichas mujeres productoras, quienes asumen de forma inminente el trabajo doméstico y de cuidados.
Finalmente, sobre los espacios de participación relacionados a la toma de decisiones y el acceso a créditos, únicamente cuatro productoras (20%) pertenecen a alguna asociación de productores de palma; cuatro manifiestan que sus esposos, padre o madre son miembros; y 12 expresaron que no tienen relación alguna con organizaciones. Así también, 14 participan tes indicaron que si habían solicitado un crédito. De estas 14 mujeres productoras a 6 les negaron el crédito. Es decir, solo 8 lograron acceder a un crédito. Esto debido a su capacidad de endeudamiento, falta de documentos y capacidad de pago.
Con estos antecedentes, 19 productoras de Orellana conformaron el grupo de trabajo de productoras “Palmas arriba”. Este es un espacio exclusivo para mujeres con enfoque de género en el que se promueve el involucramiento de actores y la participación para compartir conocimientos, experiencias e identificar necesidades a lo largo de la cadena de valor de la palma.
El grupo cuenta con una agenda aprobada por las participantes con cuatro ejes temáticos: fortalecimiento de capacidades, asistencia técnica, relacionamiento interinstitucional y sensibilización de la promoción de derechos y responsabilidades de mujeres.
La conformación del grupo de trabajo ha facilitado su interacción con actores externos aliados al sector productivo. Gracias a ello, las integrantes recibieron educación financiera proporcionada por BanEcuador y son un grupo vinculado al proyecto “Palma Futuro”, financiado por el Gobierno de Estados Unidos e implementado por Partners of the Americas. Esta alianza ha permitido la implementación de sistemas de cumplimiento social que promuevan condiciones laborales aceptables y la prevención del trabajo infantil y forzoso en la cadena de palma, además de una producción sostenible y libre de deforestación.
Como parte de las actividades coordinadas con Palma Futuro, las participantes del grupo “Palmas Arriba” han formado parte de giras de intercambio de experiencias en países de la región como Colombia y Brasil. “Hemos participado en varios talleres, día a día se aprende, sabemos prevenir riesgos, documentar la producción y espero tener al final del proceso una finca demostrativa”. Yo he sido una de las personas que me fui a un taller en Colombia y he aprendido muchísimo, (…) se ven otras cosas allá, ese es un motivo para que uno se guíe y le entusiasme seguir adelante”. Indicó Lorena Chiguano, participante del grupo “Palmas Arriba”
Ayudo a mi madre, hemos recibido capacitaciones sobre seguridad, derechos, entre otras herramientas, que nos ayudan a mejorar nuestros cultivos. Hay cosas que una conoce, pero no aplica. Ahora ya estoy aplicando, llevo registros de los trabajadores, el sistema de seguridad, cosas que se va implementando poco a poco”. Manifestó Diana Ramírez, integrante del grupo “Palmas Arriba”
Las acciones ejecutadas con el grupo de trabajo “Palmas Arriba” guardan directa concordancia con el Plan de acción de género de PROAmazonía y se enmarcan en la campaña “Botas Violeta”; iniciativa liderada por PNUD y MAATE, que busca crear conciencia para reducir las brechas de género en el país, visibilizar el rol de las mujeres en la economía y hace una invitación a tomar acción para alcanzar la igualdad de género y un fu turo sostenible.
Las “Botas Violeta” son un símbolo para evidenciar la contribución de las mujeres en la economía (trabajo remunerado y no remunerado), promover la inclusión y la participación de las mujeres en espacios públicos donde se toman decisiones, emprender acciones contra la feminización y normalización de la pobreza y brindar acompañamiento para la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Las mujeres están actuando en la producción sostenible y libre de deforestación 2 en todos los niveles, es por ello que se valora y reconoce el trabajo realizado por las mujeres del grupo “Palmas Arriba” y se invita a todos los distintos actores del sector de palma del país para que apuesten por la inclusión y el empoderamiento de las mujeres. La producción libre de deforestación y la lucha contra el cambio climático se logrará solo con la participación plena de todos los actores y cerrando las brechas de género.